Los mercados mundiales caen mientras se extiende la venta masiva de valores tecnológicos estadounidenses

Wall Street sufre su peor jornada en tres semanas mientras el pánico por la IA sin retornos deja a Broadcom, Nvidia y Oracle en caída libre. La desconfianza en la monetización se propaga globalmente.

Wall Street experimenta su peor sesión en tres semanas tras el desplome de gigantes tecnológicos como Broadcom y Oracle, desatando una cascada de ventas en el sector de inteligencia artificial que se extiende a los mercados globales.

Caída generalizada en los principales índices estadounidenses

Los mercados estadounidenses cerraron con significativas pérdidas el viernes 12 de diciembre de 2025, marcando la peor jornada bursátil en tres semanas. El Nasdaq Composite, con fuerte ponderación tecnológica, fue el principal damnificado, retrocediendo 1,69 a 1,7% en una sesión dominada por la aversión al riesgo en el sector tecnológico. El S&P 500 cedió aproximadamente 1,07 a 1,1%, mientras que el Dow Jones Industrial Average cerró con una caída más moderada de alrededor de 0,5%, tras haber alcanzado máximos históricos apenas un día antes.

La volatilidad fue especialmente pronunciada en el índice NYSE Arca Computer Hardware, que se hundió aproximadamente 5,2%, reflejando el castigo desproporcional que sufrió el ecosistema tecnológico completo. Semiconductores, compañías de redes e infraestructuras de inteligencia artificial fueron las áreas más afectadas, extendiéndose el pánico más allá de los gigantes tecnológicos.

El desplome de Broadcom desencadena la venta masiva

El catalizador principal de la caída fue el espectacular desplome de Broadcom, que se derrumbó 11,4% a pesar de reportar ganancias superiores a las expectativas de los analistas para el último trimestre. Este aparente paradoja reveló las auténticas preocupaciones del mercado: la comisaria financiera Kirsten Spears advirtió sobre posibles presiones en los márgenes brutos conforme el negocio se desplaza hacia ventas de sistemas completos ligados a la inteligencia artificial.

La caída de Broadcom se propagó rápidamente a otros gigantes del sector. Nvidia, la empresa de semiconductores que se ha convertido en símbolo del auge de la inteligencia artificial, experimentó una caída del 3,3%, mientras que Oracle extendió sus pérdidas del día anterior con un descenso adicional del 4,5%, consolidando un desplome cercano al 11% tras fallar en sus previsiones de ingresos y anunciar un aumento de 15.000 millones de dólares en gasto de capital para proyectos de IA.

La preocupación por la monetización de la IA

La raíz de esta venta masiva radica en una inquietud creciente entre los inversores: se está invirtiendo más dinero en infraestructura de inteligencia artificial de lo que se está monetizando actualmente. Aunque las grandes tecnológicas estadounidenses—Amazon, Microsoft, Alphabet, Meta y Nvidia—han planeado invertir hasta 320.000 millones de dólares en tecnologías de IA y expansión de centros de datos en 2025, una cifra que representa un incremento significativo desde los 230.000 millones de dólares gastados en 2024, el mensaje del mercado es claro: necesita ver retornos tangibles en estas inversiones masivas.

Esta preocupación marca un cambio significativo en la sentimentalidad inversora: del enfoque anterior de “crecer a cualquier precio” se ha transitado al más exigente “demuéstrame los retornos”. Los inversores comienzan a cuestionar si los múltiplos de valoración de las megacaps tecnológicas justifican el nivel de inversión capital que están realizando sin una correspondiente claridad en las vías de monetización.

Rotación sectorial y contagio global

La venta masiva de valores tecnológicos estadounidenses no se limitó a los gigantes de la IA. Micron (MU), AMD y otras compañías de infraestructura e inteligencia artificial en la nube también experimentaron fuertes descensos. Incluso firmas menos directamente vinculadas al sector de semiconductores, como Ingram Micro (distribuidor tecnológico), cedieron un 2,2% como efecto de la rotación macro hacia sectores defensivos.

Esta venta masiva de valores tecnológicos comenzó a extenderse también a sectores conexos, con descensos notables en servicios petroleros, brokers y acero, mientras que los únicos sectores que registraron respiros fueron los defensivos, como las farmacéuticas. El patrón sugiere que el mercado está realizando una revaluación más amplia del riesgo en sus carteras, saliendo de activos cíclicos y orientados al crecimiento.

A nivel mundial, los mercados también resintieron la presión. El índice mundial de renta variable cerró con una caída del 0,37% en euros en noviembre, aunque posteriormente en diciembre se han observado presiones adicionales. Los inversores europeos vieron cómo la debilidad estadounidense se transmitía a sus propios mercados, en un momento en el que ya navegaban por incertidumbres sobre política monetaria y divergencias entre los principales bancos centrales.

Contexto macroeconómico y perspectivas

El contexto económico actual es complejo. La Reserva Federal redujo recientemente los tipos de interés en 25 puntos básicos hasta el intervalo 3,50%-3,75% en su reunión de diciembre, un movimiento que buscaba equilibrar la persistencia de inflación elevada con el enfriamiento gradual del mercado laboral. Sin embargo, esta flexibilización monetaria no ha proporcionado el soporte esperado al sector tecnológico, cuyas valoraciones siguen siendo objeto de escrutinio.

Desde UBS se mantiene cierto optimismo para lo que resta de mes, apuntando a la tradicional tendencia estacional del “rally de Papá Noel” que históricamente ha beneficiado a los mercados en la segunda mitad de diciembre. No obstante, los analistas reconocen que la combinación de preocupaciones sobre la monetización de la IA, las perspectivas de desaceleración económica mundial, la persistente debilidad en la industria manufacturera y la divergencia entre políticas monetarias de los principales bancos centrales han creado un panorama de elevada incertidumbre.

Conclusión: Un punto de inflexión potencial

El desplome de Broadcom y Oracle, junto con la venta masiva subsecuente de valores tecnológicos estadounidenses, podría marcar un punto de inflexión en el mercado. Tras meses de concentración de ganancias en un reducido grupo de megacaps tecnológicas impulsadas por el entusiasmo por la inteligencia artificial, los inversores comienzan a demandar evidencia de que estas extraordinarias inversiones en infraestructura de IA generarán retornos proporcionados.

Mientras Wall Street negocia esta nueva realidad, los mercados globales permanecen atentos a cómo evolucionan los equilibrios entre valuación, rentabilidad y crecimiento en el sector tecnológico, en lo que podría convertirse en una de las dinámicas clave que definan el cierre del año y los mercados en 2026.

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