Boeing sufre pérdidas por valor de 4900 millones de dólares

El fabricante aeronáutico acumula 5.337 millones en pérdidas trimestrales con un cargo devastador de 4.900 millones por el fracasado 777X. Las entregas se postergan hasta 2027.

Boeing ha vuelto a estar en el foco de la industria aeroespacial mundial tras anunciar pérdidas significativas en el tercer trimestre de 2025, originadas principalmente por un cargo de 4.900 millones de dólares relacionado con la reprogramación del esperado avión 777X, cuyo debut ha sido postergado ahora hasta 2027.

Un impacto financiero en plena recuperación operativa

En sus resultados trimestrales, Boeing comunicó una pérdida neta de 5.337 millones de dólares, cifra menor a la del mismo periodo de 2024, pero que incluye el golpe extraordinario por los retrasos del 777X. Este desarrollo, originalmente previsto para 2020 y que ya acumulaba varios años de aplazamientos, obligará a la multinacional estadounidense a gestionar sus expectativas en el segmento de vuelos de larga distancia, impactando tanto en el flujo de caja como en las previsiones de producción de los próximos años.

A pesar de este fuerte cargo, la compañía logró incrementar sus ingresos un 30% respecto al año anterior, alcanzando los 23.270 millones de dólares, impulsada por un mayor volumen de entregas comerciales que alcanzaron cifras no vistas desde 2018. Boeing también destacó la mejora en el desempeño operativo como factor clave para esta relativa recuperación en medio de un entorno global desafiante.

El 777X, símbolo de modernización y frustración

El Boeing 777X, modelo de última generación equipado con alas plegables y diseñado para vuelos de largo alcance, llevaba ya seis años de retraso respecto a las previsiones iniciales. Los clientes principales, incluidos Lufthansa, Emirates y Qatar Airways, han tenido que adaptar sus planes de flota en respuesta a la sucesión de aplazamientos. Lufthansa, por ejemplo, no espera utilizar el 777X antes de 2027, reflejando la complicada situación para las aerolíneas que apostaron por este moderno avión.

La mayoría de los problemas que llevaron al retraso no se deben tanto a nuevas deficiencias técnicas, sino al proceso de certificación y a requisitos regulatorios más estrictos tras los incidentes del 737 MAX, que endurecieron los controles de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA).

Perspectiva de mercado y próximos pasos

A pesar del revés, Boeing subraya que las pruebas del 777X avanzan sin problemas técnicos relevantes y mantiene la confianza en la calidad y seguridad del modelo. Sin embargo, reconoce que queda “una montaña de trabajo” para superar todos los retos regulatorios y volver a ganar la total confianza del sector y de los inversores.

El impacto financiero del retraso es notable: los analistas calculan que, sumando los sobrecostos acumulados, el programa 777X podría alcanzar los 14.000 millones de dólares en cargos y costes extra. Además, el aplazamiento afecta directamente las proyecciones de flujo de caja libre y la capacidad para aumentar la producción comercial en los próximos años.

Boeing, por tanto, se enfrenta a una doble tarea: continuar con la mejora operativa y de entregas comerciales, y resolver el desafío del 777X para no volver a defraudar tanto a clientes como a accionistas.

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