China reduce los aranceles sobre los productos agrícolas estadounidenses en el marco de un nuevo acuerdo comercial

China suspende el arancel del 24% a productos agrícolas estadounidenses en histórico acuerdo comercial que entra en vigor tras cumbre Trump-Xi en Busan.

En un movimiento que marca un hito en las relaciones comerciales entre las dos mayores economías del mundo, China ha anunciado la suspensión y reducción sustancial de aranceles sobre productos agrícolas procedentes de Estados Unidos. La medida entró en vigor el 10 de noviembre de 2025 y es resultado directo de un acuerdo comercial alcanzado tras la cumbre entre el presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, celebrada en Busan, Corea del Sur.

Alcance de la reducción arancelaria

China ha suspendido durante un año el «arancel adicional» del 24% que gravaba a numerosos productos agrícolas estadounidenses, incluyendo soja, maíz, trigo, sorgo, pollo, carne de cerdo, carne de vacuno, algodón, productos acuáticos, frutas, verduras y lácteos. Asimismo, fueron eliminados gravámenes de hasta el 15% previamente impuestos sobre ciertos bienes agrícolas, facilitando así la entrada de estos productos al mercado chino.

Sin embargo, cabe destacar que algunos productos estadounidenses, como la soja, siguen enfrentando un arancel del 13%, lo que aún limita parcialmente su competitividad frente a competidores como Brasil. A pesar de ello, el acuerdo contempla que China comprará al menos 12 millones de toneladas métricas de soja estadounidense en los últimos dos meses de 2025 y, posteriormente, un mínimo de 25 millones de toneladas anuales durante los próximos tres años.

Contexto del acuerdo y reciprocidad

Este avance se produce en el marco de una tregua comercial de un año acordada entre ambos países. Como parte del pacto, Estados Unidos ha reducido sus aranceles medios a productos chinos del 57% al 47%, y China, por su parte, ha suspendido tasas y aranceles adicionales sobre productos agrícolas y energéticos estadounidenses. Además, el acuerdo incluye elementos clave como la suspensión de restricciones chinas a la exportación de tierras raras, la relajación de controles portuarios y el compromiso de reforzar la cooperación tecnológica y la estabilidad en cadenas de suministro críticas.

Reacción de los mercados y perspectivas

La reacción de los mercados agrícolas fue inmediata: los precios de la soja en Chicago subieron tras el anuncio, reflejando el optimismo respecto a la reactivación del comercio agrícola entre ambas naciones. No obstante, operadores internacionales advierten que, debido al mantenimiento de algunos impuestos y a la mayor competitividad de Brasil, es poco probable que la demanda china de productos estadounidenses regrese a los niveles previos a la guerra comercial a corto plazo.

Se prevé que la reducción temporal de aranceles tenga un impacto positivo para los agricultores estadounidense, quienes habían perdido miles de millones de dólares en exportaciones tras las represalias chinas iniciadas en 2018. Sin embargo, subrayan los expertos, este alivio podría ser pasajero si no se materializan compromisos a largo plazo y si no se ajusta la competitividad estructural de los productos estadounidenses en el mercado internacional.

Implicaciones globales

La distensión comercial entre China y Estados Unidos aporta estabilidad a los mercados globales, especialmente en el segmento agrícola y de materias primas. El acuerdo genera expectativas de mayor flujo comercial bilateral, alivio en las cadenas de suministro y un respiro para sectores que se habían visto duramente afectados por la escalada arancelaria de los últimos años.

Sin embargo, persiste la cautela sobre la sostenibilidad del pacto más allá del periodo de vigencia inicial de un año, y sobre el cumplimiento efectivo de los compromisos de compra pactados.

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