Citigroup eleva a 2,8 billones de dólares sus previsiones de gasto en IA de las grandes empresas tecnológicas
Las gigantes tecnológicas invertirán cifras récord en IA. Citigroup proyecta $2,8 billones hasta 2029, superando todas las estimaciones previas del sector financiero.
Citigroup ha revisado al alza sus proyecciones para la inversión en infraestructura de inteligencia artificial por parte de las gigantes tecnológicas, elevando su estimación a más de 2,8 billones de dólares para 2029, frente a los 2,3 billones previstos anteriormente. Esta actualización refleja las inversiones agresivas tempranas de los hiperescaladores y el creciente apetito empresarial por las soluciones de IA.
El boom de la IA impulsa inversiones sin precedentes
El auge de la inteligencia artificial, desencadenado por el lanzamiento de ChatGPT a finales de 2022, ha continuado impulsando gastos de capital masivos y la expansión de centros de datos a pesar de una breve crisis de confianza provocada por el modelo más económico DeepSeek de China y las persistentes preocupaciones del mercado sobre las políticas arancelarias del presidente estadounidense Donald Trump.
La firma de Wall Street ahora prevé que los gastos de capital en IA entre los hiperescaladores alcancen los 490.000 millones de dólares para finales de 2026, un aumento respecto a su estimación anterior de 420.000 millones de dólares. Los operadores de centros de datos —conocidos como hiperescaladores— incluyen a Microsoft, Amazon y Alphabet, que ya han invertido miles de millones de dólares para aliviar las limitaciones de capacidad que han obstaculizado su capacidad para satisfacer la creciente demanda de servicios de IA.
Demanda energética masiva para 2030
Citigroup estima que la demanda global de computación de IA necesitará 55 gigavatios de nueva capacidad energética para 2030, lo que se traduce en 2,8 billones de dólares en gasto incremental, con 1,4 billones de dólares de esa cantidad esperada solo en Estados Unidos.
Los analistas de Citi indicaron que los hiperescaladores probablemente reflejen este gasto adicional en sus llamadas de resultados del tercer trimestre, con una orientación que se espera sea “construyendo por delante de la demanda empresarial visible”. Esta perspectiva sugiere que las empresas están invirtiendo de manera proactiva en infraestructura antes de que la demanda se materialice completamente.
Inversiones récord de las grandes tecnológicas en 2025
Las cifras de inversión de las principales empresas tecnológicas para 2025 son extraordinarias. Microsoft, Meta, Amazon y Alphabet están preparados para gastar colectivamente hasta 320.000 millones de dólares en tecnologías de IA y construcción de centros de datos en 2025, un aumento significativo respecto a los 230.000 millones de dólares gastados en gastos de capital totales en 2024.
Amazon lidera con un plan de inversión de más de 100.000 millones de dólares para 2025, un aumento respecto a los 83.000 millones de 2024. Microsoft ha anunciado planes para dedicar 80.000 millones de dólares en su año fiscal 2025 para establecer centros de datos para cargas de trabajo de IA, con más de la mitad de esta inversión esperada en Estados Unidos.
Alphabet está apuntando a 85.000 millones de dólares en gastos de capital este año, un aumento de 16.000 a 18.000 millones en el primer trimestre. Meta ha establecido su presupuesto de gastos de capital de IA entre 60.000 y 65.000 millones de dólares, describiendo 2025 como un año fundamental para la IA.
Diferencias clave con la burbuja de las puntocom
Los analistas de Citigroup enfatizan que esta ola de inversión en IA es fundamentalmente diferente de la burbuja de las puntocom del año 2000. La distinción clave radica en la demanda tangible a nivel empresarial, que proporciona una “validación externa clara” para las inversiones y crea una “salida” crucial para el ciclo de inversión.
El rápido crecimiento en la demanda corporativa de servicios de IA proporciona una base sólida para estas inversiones masivas, a diferencia del período de las puntocom donde muchas inversiones carecían de modelos de negocio sostenibles y demanda real del mercado.
Impacto en el sector energético
La transformación hacia la IA está creando una demanda energética sin precedentes. Construir solo 1 gigavatio de capacidad de computación de IA cuesta alrededor de 50.000 millones de dólares. Para 2030, el consumo de energía de los centros de datos de IA podría alcanzar del 8 al 12% de la demanda total de electricidad de Estados Unidos, frente al 3-4% actual.
Los centros de datos ya representan un estimado del 1-2% del uso global de electricidad, y la demanda está creciendo rápidamente. En Estados Unidos, se proyecta que el consumo de energía crezca 83 teravatios-hora (TWh) en 2025, equivalente a alimentar 7,7 millones de hogares.
Perspectivas de financiación y riesgos
Un cambio notable es que las grandes empresas tecnológicas ahora están recurriendo al endeudamiento para ayudar a cubrir los costos en lugar de depender únicamente de las ganancias. Sin embargo, este endeudamiento está comenzando a afectar el flujo de efectivo libre y está generando preguntas entre los inversores sobre cuánto tiempo puede continuar este nivel de gasto.
A pesar de estos riesgos, Citi señaló que empresas como Eli Lilly ya están demostrando el valor de la IA a través de implementaciones del mundo real, lo que demuestra que la inversión está dando frutos. Los hiperescaladores reportan un período de recuperación de uno a dos años para estas inversiones, algo inédito antes de la era de la IA.
Conclusión
Las previsiones revisadas de Citigroup subrayan la magnitud sin precedentes de la transformación que está experimentando el sector tecnológico. Con 2,8 billones de dólares en inversiones proyectadas hasta 2029 y una demanda energética que requiere 55 gigavatios de nueva capacidad, la revolución de la IA está redefiniendo no solo el panorama tecnológico, sino también la infraestructura energética global.
Esta carrera armamentística de la IA, liderada por los principales hiperescaladores, representa una de las mayores construcciones de infraestructura en la historia, con implicaciones profundas para la economía global, el sector energético y el futuro de la computación.