La AIE afirma que el mundo está entrando en la «era de la electricidad», ya que la demanda se disparará
La demanda de electricidad se dispara: centros de datos y IA superan la inversión en petróleo por primera vez. El mundo entra oficialmente en su era más eléctrica.
La Agencia Internacional de la Energía (IEA) ha presentado su informe World Energy Outlook 2025, marcando un punto de inflexión histórico en el sector energético global. Según sus proyecciones, la demanda mundial de electricidad aumentará aproximadamente un 40% de aquí a 2035, un crecimiento cuatro veces superior al de la demanda energética total en el mismo período.
Un cambio de era: de los combustibles fósiles a la electricidad
Fatih Birol, Director Ejecutivo de la IEA, ha declarado explícitamente que “el mundo estaba entrando rápidamente en la Era de la Electricidad hace un año, y hoy queda claro que ya ha llegado”. Este cambio representa una ruptura fundamental respecto a las tendencias de la última década, ya que por primera vez el aumento del consumo de electricidad no se limita únicamente a economías emergentes y en desarrollo, sino que también afecta a las economías avanzadas.
Factores impulsores del crecimiento explosivo
La demanda sin precedentes de electricidad está siendo impulsada por varios factores estructurales:
La explosión de los centros de datos y la inteligencia artificial constituye un motor fundamental. Las inversiones globales en centros de datos alcanzarán $580 mil millones en 2025, superando por primera vez los $540 mil millones invertidos en suministro de petróleo. Este hito simbólico subraya la transformación radical de las economías modernas, donde “los datos son el nuevo petróleo” trasciende de ser una metáfora a convertirse en realidad económica.
La electrificación del transporte continúa acelerado, especialmente en mercados emergentes. Las ventas de vehículos eléctricos han superado los 17 millones de unidades globalmente, representando una quinta parte de todas las ventas de automóviles. El transporte representa el 45% del consumo global de petróleo, por lo que el ritmo de electrificación más allá de China y Europa resultará determinante en la forma futura de la demanda de petróleo.
La demanda de refrigeración e sistemas de calefacción ha experimentado un auge sin precedentes, impulsada por temperaturas extremas y la adopción cada vez mayor de sistemas de aire acondicionado en economías emergentes, particularmente en Asia, África y América Latina.
Energías renovables liderando la transición
Las energías renovables, encabezadas por la energía solar, están creciendo más rápido que cualquier otra fuente energética importante. El informe proyecta que las energías renovables casi triplicarán su capacidad de generación de electricidad de aquí a 2035. En 2024, el 80% del crecimiento en la generación de electricidad global fue proporcionado por fuentes renovables y energía nuclear.
Sin embargo, la IEA advierte sobre una vulnerabilidad crítica: aunque la inversión global en generación de electricidad ha aumentado casi un 70% desde 2015, el gasto en redes de transmisión y distribución ha crecido a menos de la mitad de ese ritmo. Esta brecha de infraestructura podría limitar los beneficios del crecimiento renovable si no se aborda urgentemente.
Implicaciones para los combustibles fósiles
Según el escenario de políticas establecidas (STEPS) de la IEA, la demanda global de combustibles fósiles probablemente alcanzará su pico alrededor de 2030. El carbón ya ha alcanzado su pico o está muy cerca de hacerlo, mientras que la demanda de petróleo se estabilizará en 2030 antes de descender gradualmente. El gas natural, sin embargo, continuará creciendo hasta los años 2030.
Fatih Birol ha sintetizado esta realidad: “Seguiremos usando petróleo, seguiremos usando gas. Pero el crecimiento de la demanda de electricidad es espectacular”.
Inversiones urgentes en infraestructura
La IEA identifica tres prioridades urgentes para los gobiernos: reducir la dependencia mediante la diversificación de fuentes energéticas, fortalecer la cooperación internacional en minerales críticos y financiamiento, y redirigir inversiones hacia infraestructura eléctrica.
La actualización de redes eléctricas, mejora de interconexiones y expansión del almacenamiento energético ahora son tan esenciales para la estabilidad global como lo fueron alguna vez las reservas de petróleo.
Desafíos pendientes
A pesar del optimismo sobre la transición energética, persisten desafíos significativos. Aproximadamente 730 millones de personas aún carecen de acceso a electricidad, y cerca de 2 mil millones dependen de combustibles contaminantes para cocinar. El informe también advierte que el mundo superará el umbral de calentamiento de 1,5 grados Celsius bajo todos los escenarios proyectados.
La Era de la Electricidad representa una transformación económica sin precedentes, pero su éxito dependerá de decisiones de política energética inmediata, inversiones en infraestructura masiva y cooperación internacional para asegurar que esta transición sea equitativa, asequible y sostenible para todas las economías del mundo.