La UE prevé aplazar la prohibición de los motores de combustión de 2035 a 2040

La UE retrasa 5 años el veto a motores de gasolina y diésel. Presión industrial, infraestructura insuficiente y costos eléctricos obligan a Bruselas a extender el plazo hasta 2040.

La Unión Europea se prepara para anunciar un cambio significativo en su política de transición hacia la movilidad eléctrica: el aplazamiento de cinco años de la prohibición de venta de vehículos con motor de combustión interna, trasladándola de 2035 a 2040. Este giro en la estrategia europea responde a la creciente presión de fabricantes, gobiernos y sindicatos que alertan sobre la viabilidad económica y social de una transición más acelerada.

Un cambio esperado tras meses de presión

Durante meses, varios países europeos han ejercido presión sobre la Comisión Europea para replantear la fecha original. Alemania, Italia, Polonia, Portugal, Bulgaria y Eslovaquia han argumentado que la industria automotriz aún no está preparada para una transformación tan radical en apenas nueve años. El canciller alemán Friedrich Merz ha sido particularmente vocal en sus demandas, escribiendo a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, el pasado 28 de noviembre para solicitar una regulación tecnológicamente neutral y flexible.

Esta presión ha surtido efecto. Tim Tozer, presidente de Allianz Partners en Reino Unido, declaró: “Tengo autoridad para decir que la Unión Europea va a añadir cinco años a la actual fecha de 2035 para llegar a 2040”.

Las razones del aplazamiento

Varios factores han confluido para motivar esta decisión. En primer lugar, la ralentización de las ventas de vehículos eléctricos en Europa no ha alcanzado los niveles esperados, revelando que los consumidores aún no están listos para un cambio masivo. En segundo lugar, el encarecimiento de los vehículos de cero emisiones ha agravado las preocupaciones sobre la capacidad de compra de los ciudadanos.

A esto se suma la insuficiencia de la infraestructura de carga eléctrica en muchas regiones europeas, particularmente en zonas rurales. Asimismo, la preocupación por el impacto en el empleo ha resonado con fuerza: los sindicatos y gobiernos advierten que una transición tan acelerada podría poner en riesgo miles de puestos de trabajo en un sector estratégico para la economía europea.

Divisiones en la industria

No todos los actores están de acuerdo con este aplazamiento. Fabricantes como Volvo y Polestar se han posicionado en contra, argumentando que una transición más lenta beneficiaría a competidores extranjeros y ralentizaría la innovación. Michael Lohscheller, CEO de Polestar, ha calificado un aplazamiento como una “pésima idea”, mientras que Håkan Samuelsson, CEO de Volvo, ha enfatizado la necesidad de directrices claras para que la industria europea siga adelante.

Por el contrario, la mayoría de fabricantes como BMW, Mercedes-Benz y otros han respaldado la prórroga, argumentando que necesitan mayor margen de maniobra para adaptar sus inversiones y carteras de productos.

Medidas complementarias en el nuevo paquete

La Comisión Europea está preparando un paquete integral de medidas para el sector automotriz que irá más allá de simplemente aplazar la prohibición. Se espera que el anuncio oficial se realice alrededor del 16 de diciembre, tras varios retrasos en la presentación inicial prevista para el 10 de enero.

Entre las propuestas destacan la creación de una nueva categoría E-Car, inspirada en los kei cars japoneses, que buscará facilitar el desarrollo de vehículos eléctricos pequeños y asequibles con requisitos menos restrictivos. Además, la Comisión está estudiando permitir la extensión de tecnologías alternativas, como vehículos con prolongador de autonomía impulsados por motores de combustión, combustibles sintéticos y biocarburantes.

Esta aproximación refleja lo que la Comisión denomina “neutralidad tecnológica”: un enfoque que reconoce que existen múltiples caminos hacia la descarbonización sin forzar una única solución tecnológica.

Contexto global

El cambio de rumbo europeo coincide con un giro similar en Estados Unidos. La administración Trump ha anunciado la flexibilización de las normas de eficiencia de combustible nacionales, revirtiendo las políticas pro-electrificación de la administración Biden. Este contexto internacional refuerza las presiones que enfrenta Europa para mantener la competitividad de su industria automotriz.

¿Qué significa para los consumidores?

Es crucial destacar que esta prohibición, incluso con el nuevo plazo de 2040, solo afectará a los vehículos nuevos. Los europeos continuarán siendo dueños de automóviles con motor de combustión y podrán comprar modelos usados con esta tecnología indefinidamente. El objetivo de la UE es garantizar que, a partir de 2040, solo se comercialicen vehículos completamente eléctricos en el mercado de turismos nuevos.

Conclusión

El aplazamiento de la prohibición de motores de combustión hasta 2040 representa un ajuste pragmático de los objetivos climáticos europeos ante las realidades económicas, sociales e industriales. Aunque la Unión Europea mantiene su compromiso con la descarbonización y la neutralidad climática en 2050, esta decisión refleja el reconocimiento de que la transición hacia la movilidad eléctrica requiere un proceso más gradual y flexible de lo que se anticipaba originalmente. La próxima década será crucial para que fabricantes, gobiernos e infraestructura se preparen adecuadamente para este cambio estructural en la industria automotriz.

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