Las empresas europeas huyen de las cadenas de suministro chinas ante los controles a la exportación

En 2025, los controles chinos a minerales críticos y la guerra comercial obligan a Puma, Volkswagen y DSV a buscar proveedores en Vietnam, India y México. El fin de la era China como fábrica del mundo para Europa ha llegado.

Resumen Ejecutivo

A finales de 2025, la industria europea se enfrenta a un punto de inflexión crítico. Lo que comenzó como una estrategia de “reducción de riesgos” (de-risking) gradual se ha acelerado hasta convertirse en una salida forzosa para muchas empresas. La imposición por parte de Pekín de controles estrictos a la exportación de minerales críticos (galio, germanio, antimonio) y las represalias comerciales han roto la confianza en China como proveedor fiable de insumos industriales. Datos recientes de la Cámara de Comercio de la UE en China indican que una de cada tres empresas europeas está buscando activamente proveedores alternativos, mientras gigantes como Puma y Volkswagen reconfiguran sus operaciones globales para evitar el “fuego cruzado” de la guerra comercial.


1. El detonante: La “guerra de los minerales” se intensifica

La situación se ha deteriorado drásticamente desde diciembre de 2024, cuando China prohibió la exportación de materiales críticos de “doble uso” —incluidos el galio, el germanio y el antimonio— a Estados Unidos[web: 3][web: 12]. Aunque estas medidas iban dirigidas inicialmente a Washington, el daño colateral para Europa ha sido inmediato y severo.

Para la industria europea, el problema no es solo el precio, sino el acceso. Los nuevos regímenes de licencias de exportación impuestos por Pekín han creado un “limbo burocrático”:

  • Retrasos operativos: El 40% de las empresas encuestadas reporta que el Ministerio de Comercio chino está tardando más de los 45 días prometidos en procesar licencias de exportación, provocando paros en líneas de producción en Europa[web: 25].
  • Vulnerabilidad estratégica: Europa se siente “excluida” de las negociaciones. Mientras EE. UU. logró una suspensión temporal de ciertas prohibiciones en noviembre de 2025, las empresas europeas no obtuvieron garantías similares, dejándolas expuestas a cortes de suministro repentinos[web: 6][web: 18].
  • Sectores asfixiados: La restricción de tierras raras golpea el corazón de la industria verde y de defensa europea. El precio del óxido de disprosio (vital para imanes de vehículos eléctricos) se triplicó en mayo de 2025 tras la entrada en vigor de nuevos controles[web: 13].

2. El éxodo corporativo: De la teoría a la acción

A diferencia de años anteriores, donde la diversificación era teórica, en 2025 vemos movimientos de capital y reestructuraciones físicas concretas. Las empresas europeas están adoptando una estrategia bifurcada: “En China para China” (para no perder el mercado local) y “Fuera de China para el mundo” (para asegurar la cadena de suministro global).

Caso de Estudio: El sector consumo y logística

  • Puma: La marca alemana ha reducido drásticamente su dependencia de China para los productos destinados al mercado occidental. Según su director financiero, la proporción de productos para el mercado estadounidense provenientes de China se ha recortado al 10%, redirigiendo la producción hacia Vietnam, Camboya e Indonesia para mitigar riesgos arancelarios y de suministro[web: 28][web: 32].
  • DSV (Logística): El gigante logístico danés confirma una aceleración en la tendencia. Sus clientes ya no solo “exploran” alternativas, sino que están ejecutando traslados masivos de producción hacia el sudeste asiático bajo la estrategia “China Plus One”, impulsados por el temor a nuevos aranceles y bloqueos comerciales[web: 29].

Caso de Estudio: La industria automotriz bajo presión

El sector del automóvil, tradicionalmente el más vinculado a China, muestra las fracturas más profundas:

  • Volkswagen: La compañía se encuentra en una transición dolorosa. Informes recientes de finales de 2025 sugieren cierres de instalaciones en China como parte de una reestructuración global, mientras la empresa apuesta por gigafactorías en Europa (como la de PowerCo en Sagunto, España) para reducir su dependencia de las baterías chinas en modelos clave como el Cupra Raval[web: 22][web: 38].
  • Stellantis: Ha optado por un enfoque híbrido pragmático. En lugar de producir en China para exportar, ha adquirido una participación en la china Leapmotor para utilizar su tecnología, pero trasladando parte del ensamblaje a Europa para cumplir con las normativas de la UE y evitar aranceles[web: 26].

3. Los nuevos hubs: ¿A dónde va la inversión?

La “huida” de China no es un retorno a Europa (reshoring), sino una redistribución hacia potencias emergentes (friend-shoring).

  • Sudeste Asiático (Vietnam, Tailandia, Malasia): Siguen siendo los principales beneficiarios para electrónica y textiles debido a sus bajos costes laborales y proximidad logística a los proveedores chinos de componentes que aún son necesarios[web: 31][web: 35].
  • India: Se consolida como la alternativa preferida para manufactura a gran escala. Una encuesta a CEOs europeos sitúa a India como el destino número uno para la reubicación en 2024-2025, atraídos por incentivos gubernamentales y un mercado interno en expansión que rivaliza con el chino[web: 27].
  • México y Europa del Este: Para sectores sensibles al tiempo de entrega (como la automoción), la tendencia es acortar las cadenas. México atrae inversión para servir a EE. UU., mientras que Eslovaquia y Polonia reciben nuevas plantas de baterías y componentes que buscan estar dentro de la “fortaleza europea”[web: 22].

4. Conclusión: El fin de la hiperglobalización china

El año 2025 marca el fin de la era en que China era la “fábrica del mundo” por defecto para las empresas europeas. La combinación de controles a la exportación impredecibles, el aumento de costes locales y la presión geopolítica ha convertido la dependencia de China en un pasivo inasumible.

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