Los bancos se protegen contra el auge de los préstamos relacionados con la IA en un contexto de temores de una burbuja especulativa

Morgan Stanley, Oracle y la nueva crisis financiera: cómo los bancos se protegen contra billones en deuda de IA que nadie quiere asumir.

El sector bancario mundial está adoptando medidas defensivas sin precedentes ante la vertiginosa expansión de la financiación de infraestructuras de inteligencia artificial, mientras crecen los temores de que una burbuja especulativa podría desencadenar una crisis crediticia similar a la de la burbuja punto com de principios de los años 2000.

La alarma del Banco de Inglaterra

El Banco de Inglaterra emitió una advertencia contundente el 2 de diciembre de 2025, señalando que las valoraciones de las empresas tecnológicas centradas en IA se encuentran en niveles “materialmente estirados”. Según su Informe de Estabilidad Financiera semestral, las valoraciones de acciones en Estados Unidos están cerca de los niveles más elevados desde la burbuja punto com, mientras que en el Reino Unido han alcanzado su punto más alto desde la crisis financiera global de 2008.

El banco central británico advierte que el crecimiento del sector de IA en los próximos cinco años estará impulsado por billones de dólares en deuda, lo que eleva significativamente los riesgos de estabilidad financiera. Se estima que el gasto en infraestructura de IA podría superar los 5 billones de dólares, con aproximadamente la mitad financiada externamente, principalmente a través de deuda.

Wall Street busca estrategias de cobertura

Wall Street se está preparando para otorgar préstamos masivos a los principales actores de la inteligencia artificial mientras simultáneamente intenta protegerse de cualquier burbuja que su propia financiación podría estar contribuyendo a inflar.

La urgencia de los bancos por reducir el riesgo es visible en todos los mercados crediticios. El costo de proteger la deuda de Oracle Corp. contra impagos mediante derivados ha aumentado a niveles no vistos desde la crisis financiera global. Morgan Stanley ha explorado el uso de una “transferencia significativa de riesgo” (SRT, por sus siglas en inglés), una forma de seguro contra pérdidas crediticias, para difuminar algunos de los riesgos vinculados a sus prestatarios del sector tecnológico.

Según fuentes familiarizadas con el asunto, Morgan Stanley ha iniciado conversaciones preliminares con potenciales inversores sobre un plan de SRT vinculado a carteras de préstamos corporativos relacionados con infraestructura de IA. El banco también está explorando otras formas de cubrir o sindicar parte de su exposición a centros de datos.

El auge de los derivados crediticios

Los swaps de incumplimiento crediticio (CDS) sobre empresas tecnológicas importantes se han convertido en un indicador clave de la creciente preocupación del mercado. El CDS a cinco años de Oracle alcanzó aproximadamente 1,28 puntos porcentuales el 2 de diciembre de 2025, el nivel más alto desde marzo de 2009, más que duplicándose desde un mínimo de 0,36 puntos porcentuales en junio.

La actividad comercial en CDS vinculados a empresas tecnológicas ha experimentado un aumento notable. Según el estratega de crédito de Barclays, Jigar Patel, el volumen de operaciones de CDS vinculados a Oracle aumentó a aproximadamente 4.200 millones de dólares durante las seis semanas que terminaron el 7 de noviembre, en comparación con menos de 200 millones de dólares en el mismo período del año anterior.

“Estamos viendo un renovado interés de clientes en discusiones sobre CDS de nombres individuales, que había disminuido en los últimos años”, afirmó John Servidea, codirector global de finanzas de grado de inversión en JPMorgan Chase.

Algunos de los mayores compradores de CDS de nombre único sobre empresas tecnológicas son ahora los bancos, que han visto su exposición a empresas tecnológicas dispararse en los últimos meses.

La magnitud del endeudamiento

Las cifras involucradas en la expansión de la infraestructura de IA son asombrosas. JPMorgan Chase estima que se necesitarán aproximadamente 1,5 billones de dólares en bonos de grado de inversión durante los próximos cinco años para financiar la construcción de centros de datos por parte de los hiperscaladores de IA. El financiamiento apalancado está preparado para proporcionar alrededor de 150.000 millones de dólares durante la próxima media década.

Oracle representa un caso emblemático de esta tendencia. La compañía emitió 18.000 millones de dólares en bonos corporativos de grado de inversión estadounidenses en septiembre de 2025. A finales de agosto, la deuda total de Oracle (incluidos los arrendamientos) era de aproximadamente 105.000 millones de dólares, de los cuales unos 95.000 millones de dólares eran bonos en dólares incluidos en el índice Bloomberg U.S. Corporate Bond, lo que la convierte en el mayor emisor fuera del sector bancario en ese índice.

Paralelismos con burbujas históricas

Los analistas están trazando comparaciones inquietantes con burbujas especulativas anteriores. Hans Mikkelsen de TD Securities advierte que el actual auge se asemeja a períodos anteriores de exuberancia del mercado que han impulsado los precios de los activos a niveles insostenibles antes de corregirse.

“Hemos experimentado este tipo de ciclos en el pasado”, señaló Mikkelsen en una entrevista. “Si bien no puedo afirmar que esto sea idéntico, se parece a lo que observamos, por ejemplo, durante la burbuja punto com”.

El mayor temor de los analistas de JPMorgan sería una repetición de la burbuja que se formó alrededor de las redes de telecomunicaciones y fibra óptica a finales de los años 90 y principios de los 2000, cuando el exceso de capacidad condujo a una ola de impagos y un colapso de muchas valoraciones estratosféricas.

Riesgos de concentración y contagio

El Banco de Inglaterra subraya que “las conexiones cada vez más estrechas entre las empresas de IA y los mercados crediticios, junto con las crecientes interconexiones entre estas empresas, implican que si se produce una corrección de los precios de los activos, las pérdidas en los préstamos podrían aumentar los riesgos para la estabilidad financiera”.

JPMorgan reveló en un informe el mes pasado que las empresas tecnológicas, las empresas de servicios públicos y otros prestatarios vinculados a la IA representan ahora la mayor parte del mercado de grado de inversión, desplazando a los bancos, que durante mucho tiempo fueron la mayor porción.

Goldman Sachs observa en investigaciones recientes que la preocupación de los inversores sobre el aumento de la deuda relacionada con la IA se está manifestando de manera diferente en los bonos de grado de inversión frente a los de alto rendimiento. En el espacio de crédito de grado de inversión, las preocupaciones parecen ser más específicas de emisores individuales, mientras que en el sector de alto rendimiento, la ansiedad es más generalizada en toda la industria.

Una cesta de sectores relacionados con la IA que excluye a los emisores directos de IA ha superado a una cesta de bonos no financieros en 15 puntos básicos en 2025. Por el contrario, una agrupación de bonos de IA que incluye emisores directos ha tenido un rendimiento inferior al de la misma cesta no financiera en 70 puntos básicos en lo que va del año, según Goldman Sachs.

El papel del crédito privado

El crédito privado ha emergido como una fuente fundamental de financiamiento para la infraestructura de IA. Meta Platforms seleccionó recientemente a Pacific Investment Management Co. y Blue Owl Capital Inc. para liderar una financiación de 29.000 millones de dólares para su expansión de centros de datos en la Louisiana rural. El acuerdo, que puede incluir 3.000 millones de dólares en capital y hasta 26.000 millones de dólares en deuda, marcaría una de las financiaciones de crédito privado más grandes registradas.

Los gestores de crédito privado están invirtiendo en centros de datos de inteligencia artificial mientras luchan por encontrar acuerdos y desplegar capital. Ares Management Corp. tiene como objetivo recaudar más de 8.000 millones de dólares para respaldar instalaciones en Londres, Japón y Brasil.

Realidad versus expectativas

Una iniciativa del Instituto Tecnológico de Massachusetts publicó un informe este año indicando que el 95% de las organizaciones están obteniendo un rendimiento cero de los proyectos de IA generativa. Esta estadística ha intensificado las preocupaciones sobre la brecha entre las inversiones sustanciales ya realizadas en IA y el cronograma anticipado para materializar mejoras de productividad y mayores ganancias corporativas.

A pesar del gasto masivo, aproximadamente el 95% de las empresas que invirtieron en IA no han logrado obtener beneficios de la tecnología, según un estudio del MIT en julio, estimando las pérdidas combinadas en cientos de miles de millones de dólares.

La respuesta de la industria

El CEO de Alphabet, Sundar Pichai, describió la oleada de inversión en IA como un “momento extraordinario” en una conversación exclusiva con BBC News, pero también señaló un grado de “irracionalidad” que acompaña al actual auge de la IA. Esto se produce en medio de crecientes preocupaciones en Silicon Valley y más allá sobre una posible burbuja, ya que el valor de mercado de las empresas de IA se ha disparado en los últimos meses.

El gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, comentó que incluso si las tecnologías de IA demuestran ser exitosas, no hay garantía de que todas las empresas actualmente altamente valoradas emerjan como triunfadoras.

Perspectivas futuras

Mikkelsen de TD predice que las ventas de bonos de grado de inversión estadounidenses podrían alcanzar un récord de 2,1 billones de dólares en 2026. La emisión de este año ya ha superado los 1,57 billones de dólares.

UBS Group prevé una oferta total de deuda tecnológica de más de 900.000 millones de dólares el próximo año. JPMorgan estima que Alphabet, Meta, Amazon.com Inc., Microsoft Corp. y Oracle por sí solos tienen necesidades de gasto de capital de alrededor de 570.000 millones de dólares para 2026, frente a los 125.000 millones de dólares en 2021.

Los estrategas de Morgan Stanley advierten que el hecho de que los grandes actores tengan balances sólidos y una capacidad significativa para asumir deuda significa que pueden ofrecer primas de nueva emisión para atraer a inversores que otros prestatarios pueden verse obligados a igualar.

Conclusión

El sector bancario se encuentra en una encrucijada crítica, equilibrando el potencial transformador de la inteligencia artificial con los riesgos financieros sustanciales asociados con el endeudamiento masivo. Mientras los reguladores como el Banco de Inglaterra señalan las alarmas y las instituciones financieras implementan estrategias sofisticadas de gestión de riesgos, la pregunta fundamental permanece: ¿será diferente esta vez, o estamos presenciando la formación de otra burbuja especulativa destinada a estallar?

Lo que está claro es que los bancos no están esperando a averiguarlo. A través de derivados crediticios, transferencias significativas de riesgo y una cuidadosa reevaluación de sus exposiciones al sector tecnológico, las instituciones financieras están construyendo defensas contra un posible colapso, incluso mientras continúan financiando el auge de la IA. Esta paradoja define el momento actual: una carrera entre la innovación y la prudencia financiera, con billones de dólares en juego.

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