Porsche anuncia pérdidas por valor de 1100 millones de dólares tras reducir sus planes de vehículos eléctricos
La icónica marca alemana sufre su primera pérdida trimestral desde su salida a bolsa. Porsche abandona su ambiciosa estrategia eléctrica tras el colapso de ventas en China y aranceles en EE.UU.
Porsche AG ha anunciado su primera pérdida trimestral como empresa pública, con un déficit operativo de 967 millones de euros (aproximadamente 1100 millones de dólares) en el tercer trimestre de 2025. Esta cifra representa un giro dramático respecto al beneficio de 974 millones de euros registrado en el mismo periodo del año anterior.
El fabricante alemán de automóviles deportivos de lujo enfrenta una crisis sin precedentes tras verse obligado a recalibrar radicalmente su ambiciosa estrategia de electrificación, un movimiento que le ha costado 3100 millones de dólares en el conjunto del año.
Las causas detrás del desplome financiero
La debacle financiera de Porsche responde a una combinación de factores que han golpeado simultáneamente a la compañía de Stuttgart. En primer lugar, la marca ha tenido que reconocer cargos extraordinarios por valor de 2700 millones de dólares relacionados con el cambio de rumbo en su estrategia de producto.
La demanda de vehículos eléctricos de Porsche ha resultado mucho más débil de lo anticipado. Las entregas del Taycan, su modelo totalmente eléctrico, cayeron un 6% en la primera mitad de 2025. Esto ha obligado a la empresa a cancelar proyectos como su programa de fabricación de baterías propias a través de la asociación V4Smart con VARTA.
El mercado chino, tradicionalmente una fuente crucial de ingresos para las marcas de lujo, ha sido especialmente problemático. Las ventas en China se han desplomado casi un 40% desde 2022, con los fabricantes locales capturando cuota de mercado en el segmento de vehículos eléctricos premium. Durante la conferencia de resultados del primer semestre de 2024, el CEO Oliver Blume había llegado a sugerir que Porsche podría suspender completamente las ventas de vehículos eléctricos en China en los próximos dos o tres años.
Los aranceles de importación del 15% impuestos por Estados Unidos bajo la administración Trump han añadido presión adicional, con un impacto estimado de 700 millones de euros anuales. Al no contar con plantas de fabricación en territorio estadounidense, todos los vehículos Porsche deben importarse desde Europa, lo que erosiona significativamente los márgenes de beneficio.
El cambio radical de estrategia: del eléctrico de vuelta a la combustión
Ante este panorama adverso, Porsche ha ejecutado un giro estratégico de 180 grados. La compañía ha anunciado que varios modelos planificados originalmente como vehículos totalmente eléctricos ahora se lanzarán primero con motores de combustión interna o versiones híbridas enchufables.
El caso más emblemático es el de un nuevo SUV de gran tamaño que se iba a posicionar por encima del Cayenne. Este vehículo, concebido inicialmente como un modelo 100% eléctrico, ahora se ofrecerá en versiones de combustión e híbridas “debido a las condiciones del mercado”. Porsche también canceló este proyecto de SUV eléctrico, registrando un cargo por deterioro de 1800 millones de euros por los costes de desarrollo relacionados.
La marca alemana ha decidido extender la producción de modelos con motores de combustión y versiones híbridas más allá de lo previsto, incluso hasta la década de 2030. Esto incluye la continuación de versiones de gasolina para los exitosos Macan y Cayenne, así como para la línea 718 que incluye el Boxster y el Cayman.
Oliver Blume, quien ejerce simultáneamente como CEO tanto de Porsche como del grupo Volkswagen, reconoció en una conferencia con analistas: “Estamos presenciando cambios masivos en el entorno automotriz. Hemos dado los pasos definitivos en la reorientación de nuestra estrategia de producto”.
El impacto en las cifras: un colapso del 99% en beneficios
Los números hablan por sí solos. En los primeros nueve meses de 2025, los ingresos por ventas de Porsche cayeron un 6% hasta 26860 millones de euros (31220 millones de dólares), mientras que el beneficio operativo se desplomó un 99%, pasando de 4040 millones de euros a apenas 40 millones de euros.
El margen de retorno sobre ventas, un indicador clave de rentabilidad, se ha hundido desde el 14,1% al inicio de 2024 hasta un mínimo del 0,2% en 2025. Para contextualizar la magnitud del desastre, cuando Porsche salió a bolsa en septiembre de 2022, prometió a los inversores márgenes operativos del 15-18%. Hoy esas cifras han desaparecido por completo.
Las entregas globales también han retrocedido un 6% interanual, situándose en 212059 unidades en los tres primeros trimestres del año. La única nota positiva ha sido el mercado estadounidense, donde Porsche logró entregas récord, aunque insuficientes para compensar el hundimiento en otras regiones.
Nuevo liderazgo para tiempos difíciles
En medio de esta tormenta perfecta, Porsche ha anunciado un cambio en su cúpula directiva. Michael Leiters, ex director de McLaren Automotive y con experiencia previa en el desarrollo de los SUV Macan y Cayenne, asumirá el cargo de CEO en sustitución de Oliver Blume.
Leiters hereda una de las situaciones más complejas en la industria automotriz europea, enfrentándose a una demanda menguante en China, presiones en los márgenes por los aranceles estadounidenses y la necesidad urgente de reconducir la estrategia de producto. Su primera gran responsabilidad será supervisar el lanzamiento del sucesor del Macan con motor de combustión interna, cuya producción actual cesará el próximo año.
El director financiero Jochen Breckner intentó proyectar optimismo al afirmar: “Anticipamos que 2025 marcará el punto más bajo, allanando el camino para una recuperación significativa para Porsche a partir de 2026”. Sin embargo, advirtió que se necesitan “soluciones sustanciales” en las negociaciones de reestructuración en curso con los representantes laborales.
Recortes de empleo y ajustes operativos
Como parte del plan de reestructuración denominado “Future Package”, Porsche ha confirmado que eliminará 3900 puestos de trabajo, aproximadamente el 9% de su plantilla global, antes de 2029. Las conversaciones con los sindicatos continúan para identificar reducciones de costes adicionales mediante lo que la compañía describe como “medidas socialmente responsables para optimizar la estructura corporativa”.
Breckner ha sido claro respecto a la necesidad de estos ajustes: “Tenemos que asumir que las condiciones generales del mercado no mejorarán en un futuro previsible. Por eso necesitamos discutir soluciones a gran escala en todas las áreas, incluso en el contexto del Future Package”.
Impacto en el grupo Volkswagen
Las dificultades de Porsche tienen repercusiones directas para su empresa matriz, Volkswagen AG, que posee el 75,4% de la marca. El gigante automovilístico alemán ha informado que asumirá un impacto de 5100 millones de euros (6000 millones de dólares) derivado de la profunda reestructuración de la gama de productos de Porsche.
Esta situación es particularmente dolorosa porque, aunque Porsche representa solo el 3,6% de las entregas totales del grupo Volkswagen en los últimos tres años, había generado casi el 30% del beneficio operativo del conglomerado. La marca de Stuttgart tradicionalmente había sido la división más rentable dentro del portafolio de Volkswagen.
Las acciones de Porsche en la bolsa de Fráncfort han sufrido severamente, cayendo más del 50% de su valor desde la salida a bolsa. En septiembre de 2025, la compañía fue excluida del índice DAX alemán, un duro golpe reputacional para una marca construida sobre el prestigio del rendimiento.
Perspectivas para el futuro
Para el conjunto de 2025, Porsche ha revisado a la baja sus previsiones, anticipando ahora ingresos globales de entre 37000 y 38000 millones de euros, frente a la estimación previa de 40100 millones. El margen de retorno sobre ventas se espera que sea “ligeramente positivo a 2%”, muy lejos del 5-7% pronosticado inicialmente.
La compañía ha enfatizado en su presentación de resultados del tercer trimestre un renovado enfoque en modelos exclusivos de baja producción, opciones de personalización y características tecnológicas avanzadas, como la carga inalámbrica del Cayenne eléctrico. A partir de 2028, Porsche prevé ofrecer “una gama de motorizaciones más equilibrada” que incluya combustión, híbridos y eléctricos.
Sin embargo, algunos analistas expresan escepticismo sobre esta estrategia. Stephen Reitman de Bernstein advirtió que Porsche redujo su pronóstico de margen operativo para 2025 del 14% a apenas 0-2%, y aunque la compañía aspira a recuperar el 10-15% a mediano plazo, “llevará algún tiempo antes de que siquiera lleguemos a esa cifra”.
Pal Skirta, analista de Metzler Research, fue más crítico al señalar que Porsche había sido “demasiado optimista” con la electrificación tras el escándalo del Dieselgate y que ahora está pagando las consecuencias. Skirta también expresó preocupación de que este renovado enfoque en los motores de combustión podría impulsar las ganancias a corto plazo, pero arriesga que la empresa “vuelva a quedarse rezagada en la carrera eléctrica a largo plazo”.
Conclusión
Porsche enfrenta un momento crítico en sus 77 años de historia. La marca que alguna vez fue el motor de ganancias del grupo Volkswagen ahora debe reinventarse en medio de mercados hostiles, cambios tecnológicos disruptivos y una competencia cada vez más feroz de fabricantes chinos en el segmento de vehículos eléctricos de lujo.
El desafío para Michael Leiters y su equipo será navegar esta transición manteniendo intacto el ADN de rendimiento y exclusividad que ha definido a Porsche, mientras encuentran el equilibrio correcto entre motores de combustión tradicionales y la inevitable transición hacia la electrificación. El éxito de esta estrategia determinará no solo el futuro de Porsche, sino también la salud financiera de todo el grupo Volkswagen.